Socializar?
La existencia de una Comunidad aislada es hoy día impensable.
No existen entidades autónomas ni autosuficientes, la interactividad necesaria entre sus diferentes miembros y equipos ad internum requiere una estructura flexible, que sea capaz también de interactuar con el exterior, sin perder esa conciencia de identidad y grupo.
La socialización de un grupo tiene varias vertientes que, aunque válidas en conjunto, es necesario advertir con la finalidad de mantener un mínimo de seguridad, y propiciar la comunicación de ideas, propuestas y contenidos.
- 1- La comunidad parte de individuos que comparten un interés común, o un conjunto de intereses comunes. Este es el punto de partida y lo que genera el movimiento interno, la trasmisión de ideas y puntos de vista entre los distintos miembros y equipos del grupo.
- 2- Los individuos se alimentan del movimento interno del grupo, y a su vez interactúan fuera de los límites del mismo. Establecen comunicación que no siempre se filtra mediante los lineamientos o constituciones regulatorias del grupo. La alimentación a que nos referimos también repercute de diferentes maneras en su relación externa, con aquellos colegas o compañeros que sin pertenecer al grupo, comparten también intereses comunes. Esto es común y aparece tarde que temprano, cuando las discusiones, opiniones o solicitudes ‘se tramitan’ a traves de algún miembro de la comunidad que busca ayudar a alguien ajeno a la misma.
- 3- El enriquecimiento de los individuos en teoría debe también beneficiar al grupo. Hacerle crecer. Pero esta parte del proceso es la que no siempre se realiza como debiera. Es aquí donde resalta la diferencia entre ‘miembros del grupo’ y ‘allegados al grupo’. Entre el compromiso y el beneficio.
- 4- La observación de este proceso y su consideración por parte del grupo es lo que le fortalece y alienta, ya que constituye un reto constante que no ha de ser ignorado por los administradores de los recursos de la comunidad. Ellos encauzan los esfuerzos comprometidos en la consecución de un fin determinado, y son el eco amplificado de las diferentes inciativas propuestas por los demás miembros.
Esto último es lo que finalmente favorece el crecimiento y la permanencia de la Comunidad, y si no toma en cuenta con suficiente seriedad, deviene en el estancamiento y posterior extinción de cualquier grupo, equipo o institución.
En este contexto, la socialización también debe ser vista como una herramienta útil tanto para la comunidad como para sus diferentes miembros, sin erigirse en un distractor -todo proyecto de socialización requiere tiempo que ha de ser tomado, obligatoriamente, de aquel ya destinado a efectuar alguna tarea predeterminada [administración, diseño, distribución, codificación, organización, supervisión, seguridad, promoción]- y teniendo encuenta que en este punto, los miembros de una Comunidad representan las iniciativas, proyectos y aspiraciones de la misma, y que finalmente la Comunidad misma sustenta los anhelos, aspiraciones y esfuerzos de sus miembros los que, en suma, se erigen como la savia que nutre a los demás miembros del grupo.
La socialización por tanto, no es un mal de nuestros tiempos, sino una evolución en la manera de relacionarse entre las entidades y los individuos, entre las comunidades y sus miembros. Si la cohesión interna del grupo es robusta, la Comunidad o grupo se fortalecerá, de lo contrario, el riesgo de extraviarse en el aluvión de referencias cruzadas será un obstáculo imposible de franquear.