Jstor: posibilidades exponenciales.
La reciente liberación de contenidos anteriores a 1923 ha permitido a los investigadores ajenos a instituciones académicas y/o culturales, tener acceso directo y legítimo a un caudal de materiales que fortalecerán los estudios en todas las áreas del conocimientos que abarcan sus diferentes colecciones.
La observación puntual de los plazos dictados por las leyes actuales sobre los derechos de autor, cita y publicación, ha propiciado esta medida, que indudablemente tendrá un trasfondo múltiple: económico, mediático y académico.
Económico: ya que la liberación de contenidos ahora públicamente consultables exime a Jstor de revisar constantemente el status de sus sistemas de seguridad en contenidos que una vez liberados, sólo pueden ‘descargados’ y ofrecerán pocas posibilidades de modificaciones a corto y mediano plazo. La parcela de este 6% liberado -según lo expresado en el mismo website de Jstor- reducirá el costo de la infraestructura necesaria en salvaguardar esos documentos de accesos no deseados.
Mediático: ya que como se esperaba, la noticia ha ido transmitiéndose en diferentes ámbitos, con las ventajas que supone la publicidad gratuita y de primera mano que le brindarán los lectores contentos y satisfechos con esta medida.
Académico:
En el campo de la Patrología, dichos materiales resultan de un valor enorme: Quizá hasta la segunda década del siglo pasado, el estudio de los artículos dispersos aquí y allá estaba concentrado en un puñado de grandes bibliotecas, a las que se tenía difícil acceso, a menos de contar con muy buenas referencias, o altísimos grados académicos.
Es en el cúmulo de artículos publicados en distintos ‘journals’ que una inimaginable cantidad de obras serias han tenido su simiente, y no pocos casos hay que en dichos journals se han publicado obras de gran alcance, parceladas y diseminadas en fragmentos cortos, que aseguraban su inclusión el la serie y brindaba un reconocimiento en ámbitos mucho más amplios.
Por ejemplo, el excelente trabajo de Conybeare que apreció en 4 partes, en el The Jewish Quarterly Review, en los números 8 y 9, entre 1896 y 1897 titulado ‘Christian Demonology‘.
Simultánea a la liberación de dichos contenidos, existen fuertes críticas en contra del sistema de prerrogativas que también constriñen en demasía el acceso a otros materiales, por lo menos igual de valiosos que algunos de los ya liberados. El más famoso, el archivo torrent que reunió en 32 Gb de datos los volúmenes de la Philosophical Transaction of the Royal Society.
No podemos obviar el hecho de que, tras una empresa de la envergadura de Jstor, los intereses económicos serán descarnados e implacables. Empero, aprovechar las oportunidades -si bien tamizadas y matizadas por un indudable aparato mercadotécnico- que se nos da es algo que, más que un derecho, es también una obligación: los materiales liberados pertenecen al grueso del conocimiento y la experiencia vital humana, y no podemos ignorarlos sin el peligro de ser un poco más pobres.