O como mierda se llame
A veces
me gustaría ser una buena muchacha
bonachona, campechana, gorda,
capaz de sentarme
bajo el sol en mi piel
rica en melamina, en calor y en color.
Tomar una gaseosa provinciana
cuidando de no manchar con nada mi ancha falda.
Tener un corazón enorme
y puro como el de un caballo.
Lavar la ropa de todos con mis ásperas manos.
O, si no,
ser alguna de aquellas mujercitas
siempre sentaditas, inclinaditas
sobre su tejido, y haciendo punto,
calceta, o como mierda se llame.
Montserrat Álvarez