De códices, libros y pergaminos.
Hace ya un par de meses, Roger Pearse comentó en su blog que el libro en cuanto tal parece estar pronto a desaparecer.
Las razones son varias: económicas, editoriales, ambientales. Incluso, y lo más sorprendente, razones prácticas.
El argumento presentado descansa íntegramente sobre la noción de que aquello contenido en un libro o pergamino no es otra cosa que un códice [codex, en la acepción más académica provista por la Semiología] acomodado de tal manera que el ser humano pueda ‘manejarlo’ de una forma más o menos adecuada.
Nótese la diferencia entre ‘manejar’ que resalta el carácter práctico y útil del códice vuelto libro, y ‘comprensión’ o ‘asimilación’ del contenido. Esto último es lo que se encontraría en el sustrato de cualquier obra escrita, sea impresa o manuscrita, leída en una pantalla o en una roca esculpida. El códice como tal genera símbolos capaces de ser asimilados por el destinatario, previamente codificados con una fórmula determinada.
El dataset sería el texto, la información, desligada por completo del medio empleado para transmitirse. Podría por tanto ser provista como un libro impreso, como un fárrago de caracteres en la pantalla, o como una serie de palabras y caracteres sueltos, capaces de ser manipulados por cualquier programa informático susceptible de realizar búsquedas filtradas o cálculos estadísticos.
Another dataset arrives. It’s Dr Matthews dataset on inscriptions in North Africa. Yes I could open it on screen, but I can see that it is bulky and has multiple sections — what we used to call chapters. I do a word search, and can see it has many interesting items. I need to read this. Fine; I hit the button and select from the list of automatic output methods. One of these is “codex”; I pay, and tomorrow the bound book arrives.
What need, then, for the highly expensive utility that we call a “publisher”? What need for printing presses, when the process is a button on a screen? Dataset publishers will exist, and grow, and flourish, earning their revenues from selling content, not format. This will become practical in the not too distant future, I think. Likewise datasets will acquire trust — or otherwise — in some means. This is an essential stage in the transformation, but it will come. Because the dataset is vastly more convenient in every way, including price, to everyone from consumer to supplier to author, than the modern academic printed book.
At the moment publishers really only sell online versions of offline content, and are still thinking in physical terms. But this will change. Why limit oneself to a format now obsolete?
Si la información es susceptible de adoptar determinados formatos, y estos han cambiado con el paso del tiempo, tales cambios se han dado sólo en la transmisión, no en la forma.
Me explico:
Desde los monumentos pictográficos más arcaicos, y las inscripciones talladas en roca hasta el papiro y los primeros folios escritos a mano, existe la misma distancia que desde los libros impresos y encuadernados hasta un documento electrónico visible como .pdf o .doc. La forma se mantiene porque, aunque es evidente que el códice puede adaptarse a infinidad de maneras de transmisión y almacenamiento, el cerebro humano como tal tiene un límite dictado no por la capacidad de procesar información, sino por la manera de adquirirla, y el medio más usado actualmente sigue siendo el de la vista. La lectura. Incluso con técnicas de lectura avanzada, se llegará al límite que no ha de ser sobrepasado. Y si existen sujetos con la habilidad de poder retener íntegramente el contenido de un libro leído, la inmensa mayoría sólo procesa en ‘parcelas’. Y depende de la capacitación, educación o método el provecho que se obtenga de tal parcelación, y la consideración de una obra en su conjunto.
Posiblemente las exigencias académicas y ambientalistas harán más rápido y forzoso el cambio desde los medios impresos tradicionales hasta la adopción de formatos eminentemente electrónicos. Mas la forma linealmente estructurada que tiene el pensamiento humano de abordar argumentaciones de tipo escolar hará que el códice en cuanto tal siga siendo, amén de un generador de símbolos susceptibles de traducción, una masa informe de datos que requiere necesariamente la estructuración que se ha mantenido constante hasta nuestros días.
El intelecto y la capacidad humana de encontrar relaciones, y crear nuevas relaciones ‘ab nihilo’ es un rasgo eminentemente divino. La capacidad humana de proveerse de los datos encerrados en un códice por medio de los sentidos más aptos para ello -la vista y el oído- siguen siendo limitantes con características que nos acercan más al ser animal, que a las esencias angélicas.